dissabte, 9 de novembre del 2013

Hombres por la Igualdad


Viernes día 8 de noviembre de 2013, Sant Boi, en un teatrillo en el que aún podían sentirse los abanicos de las mujeres y casi verse los sombreros de los varones, sesenta hombres sin sombrero y unas cuantas mujeres sin abanico nos conocimos y reconocimos en la inauguración de Encuentro de Hombres por la Igualdad. Venidos de todas las partes del universo hispano, incluido Brasil y Nicaragua, este puñado de hombres subió al escenario a compartir por qué un día decidieron buscarse y encontrarse para aportar su grano de arena a una relación más igualitaria con las mujeres, a poner en cuestión el papel predominante que nos otorga la sociedad, a trabajar por una sociedad más justa y buscar otras raíces sobre las que fundamentar su masculinidad, masculinidad que, como nos recordó el profesor Oscar Guasch, tradicionalmente se ha construido sobre tres negaciones: la negación de la dependencia infantil, la negación de lo femenino y la negación del afecto hacia otros hombres.
Durante tres días estos hombres venidos de Andalucía, de Euskadi, de Valencia, Murcia, Madrid, Castilla, Galicia, las Islas... van a compartir, debatir, intercambiar, programar nuevas estrategias y actividades, nuevas formas de seguir adelante, replanteándose su ser hombres en este mundo. Hombres perseverantes, que mantienen su apuesta a pesar de las dificultades que entraña aglutinar-nos para estas causas, que se muestran sinceros, abiertos, divertidos y encantados de volver a encontrarse. Un regalo. Gracias por estar ahí.




dissabte, 2 de novembre del 2013

En la sesión del lunes 28/10/13 trabajamos sobre los valores. Tres hombres que accedían por primera vez y tres viejos conocidos se prestaron a numerar por orden de importancia 10 aspectos, ámbitos o áreas de la vida, desde las relaciones familiares, hasta el ocio, pasando por la espiritualidad, el trabajo, los amigos, la pareja, etc. La primera sorpresa es que aquello a lo que en estos momentos de sus vidas concedían más valor los hombres del grupo era las relaciones de pareja, y lo menos puntuado fue el trabajo por la comunidad, la ciudadanía. Resultado que parece contradecir la 'preferencia' clásica de los hombres por lo público versus lo privado. La carrera y el empleo ocupaban el segundo lugar, situándose también en lugares destacados la espiritualidad, la formación y la paternidad.
El ejercicio continuó solicitando a los participantes que buscaran y escogieran tres acontecimientos, momentos, escenas de su vida difíciles, duras, tres heridas, tres momentos de crisis. Y que también buscaran y escogieran tres momentos de plenitud, de éxito, de profunda alegría y bienestar. La idea subyacente es que aquello que nos duele o nos alegra sobremanera debe estar relacionado con algo muy importante para nosotros.
En este caso la sorpresa fue la coherencia de las respuestas, que parecían responder a un patrón. Momentos de crisis y momentos de plenitud estaban invariablemente relacionados con las relaciones familiares o de pareja, con el trabajo, con la espiritualidad y con el juego infantil. Y el patrón subyacente parecía indicar que necesitamos sentirnos reconocidos, amados por papá y mamá o por la pareja, o haber resuelto de alguna forma esa falta de amor, para poder lanzarnos con éxito a la vida pública trabajo, a la paternidad... Y la importancia de la conexión espiritual, con la transcendencia, con lo más profundo de uno mismo para encontrar un sentido a nuestras vidas.
Un hilo fecundo del que poder tirar.